María Eugenia Velásquez
La Red Eléctrica de España (REE) afirma que el consumo doméstico representa aproximadamente un 25% del consumo eléctrico total de nuestro país, y que en promedio un hogar en España consume 3.272 kWh de energía eléctrica al año, lo que significa 1.300 kg de emisiones de CO2.
Pero ¿Qué significan estas cifras? y ¿Cómo puedes ahorrar carbono (y dinero) con tu casa? Sigue leyendo y te lo explicamos en detalle.
En el libro “La responsabilidad de la economía española en el calentamiento global” Jordi Roca, catedrático de la Universidad de Barcelona, indica que un hogar promedio en España emite en total 12,5 toneladas de CO2 al año por toda su actividad diaria; es decir, electricidad, transporte, compras, etc.
De estas 12,5 toneladas, 1.300 kg corresponden al consumo eléctrico. Sé que no suena a mucho, pero para ponerlo en perspectiva míralo de esta forma: 1 tonelada de CO2 causa daños estimados en 220 dólares (185 €) por afectaciones al rendimiento agrícola y daños a la salud humana relacionados con el cambio climático. Así lo concluyó un estudio realizado por científicos de la Universidad de Stanford, Estados Unidos.
Multiplica este monto por la cantidad de hogares de España y podrás hacerte una idea de la magnitud del problema.
Ahora bien ¿Cómo es que tu casa puede ayudar a ahorrar carbono? La respuesta es muy sencilla: eficiencia energética.
Así es, apostar por la construcción de hogares de alta eficiencia energética ayuda a atacar de raíz el problema del elevado consumo eléctrico y, por tanto, a reducir las emisiones de carbono. Es por esto que las leyes de España han venido “endureciéndose” año tras año, exigiendo cada vez más eficiencia energética en las nuevas construcciones para acercarse hacia edificaciones de consumo casi nulo.
Aunque las nuevas leyes son cada vez más exigentes, las casas pasivas van mucho más allá. Una casa construida bajo los estándares Passivhaus ahorra entre 75% y 90% de consumo eléctrico gracias a su excelente aislamiento térmico, un buen ahorro para el planeta y para tu bolsillo.
Y puedes ir aún más allá. Si además de que tu casa sea pasiva, su estructura es de madera, no sólo ayudas a reducir las emisiones de carbono si no que ayudas a capturarlas, evitando así que se vayan a la atmósfera. Una de las magníficas propiedades de la madera es que es carbono positivo: cuando los árboles crecen absorben CO2 y lo almacenan en sus troncos, hojas y ramas, y lo siguen haciendo aún después de ser talado.
Echa un vistazo a este blog post sobre cómo se logra una casa pasiva y también a este sobre la eficiencia energética de la madera.
Ya sabes cómo tu casa puede ayudar a ahorrar carbono, pero ¿Por qué es importante? Creo que ya sabes la respuesta, pero ahondemos un poco más en ello.
El CO2 es el principal gas causante del “efecto invernadero” – el calentamiento que resulta cuando la atmósfera atrapa calor que irradia de la Tierra hacia el espacio -. Los humanos nos hemos encargado de aumentar en 48% el nivel de CO2 en nuestra atmósfera y estamos viendo los resultados: Cambio climático y calentamiento global.
Aumento de la temperatura, acidificación de los océanos, derretimiento de los glaciares, desastres naturales más frecuentes e intensos, pérdida de la biodiversidad…la lista de los efectos del cambio climático es extensa y alarmante, y lamentablemente los científicos predicen que estos cambios seguirán sucediendo, lo que podemos hacer es reducirlos para alargar así nuestra linda estancia en este maravilloso planeta.
La NASA ha creado un sitio web exclusivo para mapear los efectos del cambio climático en nuestro planeta, vale la pena que le eches un vistazo: https://climate.nasa.gov/
En conclusión, si estás ahora mismo pensando en construirte una nueva casa, apuesta por una casa pasiva de madera. No sólo para cumplir las cada vez más exigentes leyes de eficiencia energética, sino también para reducir los cada vez más alarmantes efectos del cambio climático ¿Y por qué no? También para ahorrarte unos euros en tu factura eléctrica. Si lo piensas bien, no hay nada que perder, al final todos ganan 😉
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Zapatas corridas son para suelos firmes; pilotes helicoidales, para suelos blandos o desniveles; la elección depende del terreno y presupuesto.
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